Con tu ausencia momentánea
Padre
nuestro que estas en los cielos santificado sea tu nombre venga a nosotros tu
reino hágase tu voluntad en la tierra como en el cielooo….; de repente ese cielo quedo en silencio,
escuche una voz lejana, que me llama como en un sueño, repetidamente, melany,….melany,….melany,
no sabia lo que sucedía, no podía reaccionar, me perdía en el espacio y en el tiempo,
en un lapso de 5 segundos, que eran eterno para mi madre. En ese momento ella estuvo
segura que algo andaba mal con mi salud.
Recordé,
que era la hora de ir a la escuela y como de costumbre, mis padres muy
creyentes de Dios, antes del desayuno, rezábamos juntos a mi hermanita, el
Padre nuestro, el ave María, el Ángel de la guarda y la oración por la familia;
aquel día no recuerdo haber terminado la oración, lo que muy bien recuerdo es
haber escuchado a mi madre decir. Otra vez sucedió, clavando la mirada en los
ojos de mi padre, quien no le había dado importancia a lo sucedido, simplemente
contesto. Son distracciones propias, de la edad de la bebe, ya se le pasara.
Aquel
día no fue el mismo de siempre; mi madre dejo en la mesa un vaso lleno con jugo
de toronja; para su dieta, le recordé, mami no te tomaste tu jugo, aquel día no
le importo, me contesto, lo hare cuando regrese de la escuela, para ese
entonces 5 minutos antes, mi padre salió al trabajo repentinamente sin
despedirse, llevando consigo y cargando en sus hombros dudas y preocupaciones.
Termino
de peinarme, viéndome fijamente a los ojos, con una mirada de angustia,
bajábamos las escaleras de la casa, se detuvo por unos segundos en el descanso;
por su mente cruzaron muchos temores y preguntas; y si sucede en la escalera,
en ese momento me tomo de la mano, bajamos lentamente, como si jugáramos a
contar los escalones, caminamos varias cuadras cogidas de la mano, su mirada iba distraída sin pronunciar ninguna
palabra.
Llegamos
a la escuela, de manera airada pidió hablar con mi maestra, la señorita Narvi,
le explico aquellas experiencias que la atormentaban, la maestra muy atenta le
contesto, no me he dado cuenta, lo que he podido observar es que se distrae a
cada momento, pestañea rápidamente y no presta atención, coincide con lo que me
acaba de contar. Pero la niña es muy inteligente, realiza sus tareas muy bien y
de manera independiente; pero prestare más atención. Como no creerle a mí
maestra, lo que decía a mi madre, si era muy dedicada y cariñosa con sus niñas.
Salió
desesperada sin darme la bendición, sentí que algo estaba sucediendo, busco a
mi abuela, le conto lo que estaba pasando con su nieta, mi madre se trasformo
en un mar de llanto, mi abuela la abrazo y le dijo que todo iba a estar bien,
mi tía, que se encontraba en ese momento, le pregunto, y como te distes cuenta,
mi abuela no dejo de contestar a mi madre y dijo. Quien mejor que madre para ver
con los ojos del corazón.
Transcurrieron
varios días sin haberse dado el suceso, o al menos en la presencia de mi madre,
para ese entonces era la época de navidad, era la candidata a princesita de la
escuela, Llego el día, un lunes 22 de diciembre, se dio el evento de elección,
toda mi familia estaba presente, se escuchaban aplausos y nombrar a las
diferentes candidatas, era una verdadera fiesta, el jurado estaba deliberando
quien seria la Reyna, el sobre llego donde el animador, lo abrió y dijo con voz
de locutor de radio, la princesita es…. La niña del primero de básica paralelo
“A”, ya sabia que era yo, y dijo finalmente mi nombre, estaba realmente muy,
pero muy feliz, toda mi familia tiraba serpentinas, sonaban los pitos era una
verdadera algarabía coreando mi nombre.
Se
había improvisado arriba de una gradas mi proclamación, un amiguito que hacia
de caballero me llevo de la mano, en el descanso ya se encontraba la estrellita
de belén y los personajes del nacimiento de Jesús, observaba de manera
sonriente a mi compañerito angelito que hacia de burro con grandes orejas de material
fomix en su cabeza, lo cual representaba a aquel animal de la biblia y a su
dedicación en el curso.
Un
niño de grado superior que siempre intervenía en los eventos, dijo cosas muy
lindas de mí, terminando con las palabras, finalmente te proclamo princesita de
navidad de la escuela provincia de los Ríos, coloco una cinta encima de mis
hombros y una corona, estaba muy emocionada, estaba muy agitada de la impresión,
comencé a bajar las escalera pausadamente al ritmo de la música, escuchaba mucha
algarabía, observaba a la gente saltando, todo ese cuadro en frente de mi era
felicidad, solo algo extraño a ese momento,
mi madre en silencio, camino con los brazos abiertos, se acercaba a mi, su
rostro se vistió de desesperación, en ese momento me sentí ausente
repentinamente, comencé a parpadear, mi maestra me observo, ya sabia lo que
estaba sucediendo; observo a mi madre, que ya lo había sentido, como
profetizando lo que iba a suceder, de repente mi mundo se detuvo, mientras mi cuerpo
se inclinaba hacia el vacío. Rodé por
las escaleras, mi madre pudo llegar a amortiguar el golpe en la cabeza. Después
de 20 segundos regrese a mi mundo, no recuerdo el suceso, solo estar en los
brazos de mi madre, con un poco de dolor y moretones, en partes de mi cuerpo.
Se había protagonizado el mayor temor de mi madre.
Mi
padre corrió y me cogió en sus brazos, camino hacia un rincón de unas de las
aulas, se sentó y me pregunto si estaba
bien, solo recordé estar en el quinto escalón y luego en los brazos de mi
madre, no recordaba lo sucedido. Mi padre por fin entendió que algo se tenía
que hacer. Ese día llegue temprano a casa. Mi padre tomo el teléfono, hizo
varias llamada, mientras mi madre improvisaba un altar, donde colocaba un
retrato, de un hombre de cabello largo, con barba, que se le veía el corazón, tomo
una vela y la coloco delante de él y se arrodillo, tomándome en sus brazos me
quede dormida en un sueño profundo, luego de unas horas me despertó, me dijo
hija tienes que comer, eran cerca de las 8 de la noche, luego me ayudo hacer
las tareas pendientes, me baño con excesivo champú, rascaba mi cuero cabelludo,
como nunca lo había echo, me dejo ver televisión hasta altas horas de la noche
en canales infantiles, me hizo mucha conversa, como
tratando de evitar que me duerme rápido, claro había sido unas de las
disposiciones hechas por el medico, a quien mi papa había llamado. Todos nos
acostamos en la cama de mi madre, me quede dormida en medio de los dos, parecía
que escuchaba a mi madre rezarle a Dios que me cure. Finalmente me quede
dormida.
Al
día siguiente mi madre me despertó; observe por la ventana aun a oscuras, le
dije a mi madre que aun era de noche, me dijo que nos levantábamos temprano porque
teníamos que viajar a Guayaquil, mi padre el día anterior había obtenido un
turno en el hospital del niño. Mi madre nuevamente lavó mi cabello con champú,
no sentamos a le mesa y rezamos como de costumbre, mi desayuno fue el mas pobre
que me habían preparado, no me sirvió una taza de café, solo un vaso de jugo y
un pedazo de pan, quede con hambre, reclame pero mi padre me dijo que eso había
dicho el doctor.
Tomamos
el bus interprovincial, ese día mi madre iba hacia la ventana y papa hacia el pasillo yo en medio como
siempre, ella observaba el paisaje, susurraba, aquellos rezos que clamaban por
mi, el viaje fue en silencio, llegamos al hospital había mucha gente, mi padre
pregunto al guardia por el consultorio del pediatra, llegamos y esperábamos
turno, mi madre con una intranquilidad terrible decía, Dios que no tenga nada, no
quiero bienes, no quiero dinero, no quiero riquezas, lo único que quiero es paz,
no terminaba de decirlo, se abrió la puerta del consultorio y salió el medico
con su mandil blanco que en su bolsillo decía Doctor Paz. Mi madre sonrió
levemente y suspiro profundamente, creyendo firmemente que esa casualidad era
la señal que Dios le había dado.
El
medico muy atento pidió a mis padres que se sentaran, le dijo a mi padre con usted
hable ayer, mi padre contesto, si doctor, antes que el medico pegunte continuo
y dijo, hicimos todo lo que usted recomendó doctor. Dijo cuéntenme que sucede
con la niña, mi madre comenzó a contar
al medico lo que habían observado en mi, mientras por sus mejillas rodaba una
lagrima que salía por la niña de sus ojos, mi padre estaba estático con la mano
tapando la boca, como tratando de tener los gritos de su alma, el doctor
escuchaba muy atento, ella termino de hablar y le dijo cálmense señora mientras
daba unas palmaditas en los hombros de mi padre, lo cual le ayudo a tener un
poco de alivio, lo que creo que tiene su niña tiene solución, no es nada grabe.
Vamos hacer una prueba con la niña y
luego me cuenta si es eso lo que ve, el doctor muy amable tomo unos
apuntes y se acercó a mi, me dijo hola melany, vamos hacer un jueguito; para
que me ayudes; el tomo un pedazo de papel y me pidió que tome aire y que sople
por varias veces. En el tercer aliento, una vez mas mi mundo se detuvo, y ahora
comprendo que el de mis padres también. El doctor pregunto es eso lo que
observa señora, si doctor eso es, desde cuando sucede, desde hace tres meses, y
sucede muy a menudo, si doctor, he podido observar varias veces al día. Hace
tres meses, pero se ha dado cuenta muy rápido, a veces es muy difícil detectar
ese síntoma, incluso para los padres, mi madre recordó aquella frase de mi
abuela. Quien mejor que madre para ver con los ojos del corazón.
Ahora mi padre puede notar claramente el síntoma, se queda
perplejo, el medico un vez más pide calma que todo va estar bien, que tiene
cura y que eso pasara. Explico que este síntoma es de una patología llamada crisis
de ausencias infantil, que se manifiesta
con la pérdida momentánea del conocimiento, la persona se queda en pausa,
mira fijamente hacia delante y no responde, cuando la crisis termina, la persona sigue
normal, sin darse cuenta de lo que paso, mi madre interrumpe la explicación del
doctor y pregunta, debido a que puede suceder doctor, comenta que en la mayoría
de los casos no se conoce la causa, y que Los factores genéticos pueden ser,
como también, traumatismos e infecciones del cerebro. Mi madre vuelve a
interrumpir y pregunta a mi padre, si alguien en la familia de el a pasado eso,
el responde que yo sepa no, en mi familia tampoco dice mi madre, ni caídas, ni
infecciones doctor ha tenido mi hija.
Ahora
el doctor interrumpe y dice que para estar mas seguro, le vamos a realizar unos
exámenes, el medico llama a una enfermera quien me toma de la mano, mientras
caminamos mi madre me toma la otra, pregunta al doctor puedo entrar, con una
mirada de suplico, el asienta con la cabeza que si, entramos a un a sala, la
enfermera me quita la ropa y unas vinchas de metal que sostenía mi larga
cabellera, me colocan en una maquina que parecía una nave espacial a un viaje
desconocido.
La
espera parece eterna para mis padres, posteriormente llegan los resultados de
los exámenes y confirma el diagnostico, una vez mas, la que el medico
había dado con anterioridad por su
experiencia; la niña tiene crisis de ausencias infantil volvió a repetir, ya
les dije que no hay nada de que preocuparse, debe llevar un tratamiento por 2
años, tomando unos medicamente, a la medida que valla creciendo esto
desaparecerá y será una niña totalmente normal.
Han
transcurrido los 2 años del tratamiento, que mi madre ha seguido al pie de la
letra, como lo hace con sus oraciones y sus velas a aquel señor desconocido,
que después de mucho tiempo de verlo ya me es familiar. Ya no tengo ausencia, ahora estoy siempre
presente en mi vida, como siempre lo estaré en el corazón de mi familia.
Finalmente mi madre pudo tener la paz que esperaba.
DEDICADO A MI SOBRINITA MELANNY.
DE LINDA SONRRISA, QUE LA AMO
Norge
Naranjo Torres

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