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Babahoyo, Los Rios, Ecuador
PATO -- 2 DE MARZO

martes, 17 de julio de 2018


Con tu ausencia momentánea
Padre nuestro que estas en los cielos santificado sea tu nombre venga a nosotros tu reino hágase tu voluntad en la tierra como en el cielooo….;    de repente ese cielo quedo en silencio, escuche una voz lejana, que me llama como en un sueño, repetidamente, melany,….melany,….melany, no sabia lo que sucedía, no podía reaccionar, me perdía en el espacio y en el tiempo, en un lapso de 5 segundos, que eran eterno para mi madre. En ese momento ella estuvo segura que algo andaba mal con mi salud.     
Recordé, que era la hora de ir a la escuela y como de costumbre, mis padres muy creyentes de Dios, antes del desayuno, rezábamos juntos a mi hermanita, el Padre nuestro, el ave María, el Ángel de la guarda y la oración por la familia; aquel día no recuerdo haber terminado la oración, lo que muy bien recuerdo es haber escuchado a mi madre decir. Otra vez sucedió, clavando la mirada en los ojos de mi padre, quien no le había dado importancia a lo sucedido, simplemente contesto. Son distracciones propias, de la edad de la bebe, ya se le pasara.
Aquel día no fue el mismo de siempre; mi madre dejo en la mesa un vaso lleno con jugo de toronja; para su dieta, le recordé, mami no te tomaste tu jugo, aquel día no le importo, me contesto, lo hare cuando regrese de la escuela, para ese entonces 5 minutos antes, mi padre salió al trabajo repentinamente sin despedirse, llevando consigo y cargando en sus hombros dudas y preocupaciones.
Termino de peinarme, viéndome fijamente a los ojos, con una mirada de angustia, bajábamos las escaleras de la casa, se detuvo por unos segundos en el descanso; por su mente cruzaron muchos temores y preguntas; y si sucede en la escalera, en ese momento me tomo de la mano, bajamos lentamente, como si jugáramos a contar los escalones, caminamos varias cuadras cogidas de la mano,  su mirada iba distraída sin pronunciar ninguna palabra.
Llegamos a la escuela, de manera airada pidió hablar con mi maestra, la señorita Narvi, le explico aquellas experiencias que la atormentaban, la maestra muy atenta le contesto, no me he dado cuenta, lo que he podido observar es que se distrae a cada momento, pestañea rápidamente y no presta atención, coincide con lo que me acaba de contar. Pero la niña es muy inteligente, realiza sus tareas muy bien y de manera independiente; pero prestare más atención. Como no creerle a mí maestra, lo que decía a mi madre, si era muy dedicada y cariñosa con sus niñas.
Salió desesperada sin darme la bendición, sentí que algo estaba sucediendo, busco a mi abuela, le conto lo que estaba pasando con su nieta, mi madre se trasformo en un mar de llanto, mi abuela la abrazo y le dijo que todo iba a estar bien, mi tía, que se encontraba en ese momento, le pregunto, y como te distes cuenta, mi abuela no dejo de contestar a mi madre y dijo. Quien mejor que madre para ver con los ojos del corazón.
Transcurrieron varios días sin haberse dado el suceso, o al menos en la presencia de mi madre, para ese entonces era la época de navidad, era la candidata a princesita de la escuela, Llego el día, un lunes 22 de diciembre, se dio el evento de elección, toda mi familia estaba presente, se escuchaban aplausos y nombrar a las diferentes candidatas, era una verdadera fiesta, el jurado estaba deliberando quien seria la Reyna, el sobre llego donde el animador, lo abrió y dijo con voz de locutor de radio, la princesita es…. La niña del primero de básica paralelo “A”, ya sabia que era yo, y dijo finalmente mi nombre, estaba realmente muy, pero muy feliz, toda mi familia tiraba serpentinas, sonaban los pitos era una verdadera algarabía coreando mi nombre.
Se había improvisado arriba de una gradas mi proclamación, un amiguito que hacia de caballero me llevo de la mano, en el descanso ya se encontraba la estrellita de belén y los personajes del nacimiento de Jesús, observaba de manera sonriente a mi compañerito angelito que hacia de burro con grandes orejas de material fomix en su cabeza, lo cual representaba a aquel animal de la biblia y a su dedicación en el curso.    
Un niño de grado superior que siempre intervenía en los eventos, dijo cosas muy lindas de mí, terminando con las palabras, finalmente te proclamo princesita de navidad de la escuela provincia de los Ríos, coloco una cinta encima de mis hombros y una corona, estaba muy emocionada, estaba muy agitada de la impresión, comencé a bajar las escalera pausadamente al ritmo de la música, escuchaba mucha algarabía, observaba a la gente saltando, todo ese cuadro en frente de mi era felicidad,  solo algo extraño a ese momento, mi madre en silencio, camino con los brazos abiertos, se acercaba a mi, su rostro se vistió de desesperación, en ese momento me sentí ausente repentinamente, comencé a parpadear, mi maestra me observo, ya sabia lo que estaba sucediendo; observo a mi madre, que ya lo había sentido, como profetizando lo que iba a suceder, de repente mi mundo se detuvo, mientras mi cuerpo se inclinaba hacia el vacío.  Rodé por las escaleras, mi madre pudo llegar a amortiguar el golpe en la cabeza. Después de 20 segundos regrese a mi mundo, no recuerdo el suceso, solo estar en los brazos de mi madre, con un poco de dolor y moretones, en partes de mi cuerpo. Se había protagonizado el mayor temor de mi madre.
Mi padre corrió y me cogió en sus brazos, camino hacia un rincón de unas de las aulas, se sentó  y me pregunto si estaba bien, solo recordé estar en el quinto escalón y luego en los brazos de mi madre, no recordaba lo sucedido. Mi padre por fin entendió que algo se tenía que hacer. Ese día llegue temprano a casa. Mi padre tomo el teléfono, hizo varias llamada, mientras mi madre improvisaba un altar, donde colocaba un retrato, de un hombre de cabello largo, con barba, que se le veía el corazón, tomo una vela y la coloco delante de él y se arrodillo, tomándome en sus brazos me quede dormida en un sueño profundo, luego de unas horas me despertó, me dijo hija tienes que comer, eran cerca de las 8 de la noche, luego me ayudo hacer las tareas pendientes, me baño con excesivo champú, rascaba mi cuero cabelludo, como nunca lo había echo, me dejo ver televisión hasta altas horas de la noche en canales   infantiles, me hizo mucha conversa, como tratando de evitar que me duerme rápido, claro había sido unas de las disposiciones hechas por el medico, a quien mi papa había llamado. Todos nos acostamos en la cama de mi madre, me quede dormida en medio de los dos, parecía que escuchaba a mi madre rezarle a Dios que me cure. Finalmente me quede dormida.
Al día siguiente mi madre me despertó; observe por la ventana aun a oscuras, le dije a mi madre que aun era de noche, me dijo que nos levantábamos temprano porque teníamos que viajar a Guayaquil, mi padre el día anterior había obtenido un turno en el hospital del niño. Mi madre nuevamente lavó mi cabello con champú, no sentamos a le mesa y rezamos como de costumbre, mi desayuno fue el mas pobre que me habían preparado, no me sirvió una taza de café, solo un vaso de jugo y un pedazo de pan, quede con hambre, reclame pero mi padre me dijo que eso había dicho el doctor.   
Tomamos el bus interprovincial, ese día mi madre iba hacia la ventana  y papa hacia el pasillo yo en medio como siempre, ella observaba el paisaje, susurraba, aquellos rezos que clamaban por mi, el viaje fue en silencio, llegamos al hospital había mucha gente, mi padre pregunto al guardia por el consultorio del pediatra, llegamos y esperábamos turno, mi madre con una intranquilidad terrible decía, Dios que no tenga nada, no quiero bienes, no quiero dinero, no quiero riquezas, lo único que quiero es paz, no terminaba de decirlo, se abrió la puerta del consultorio y salió el medico con su mandil blanco que en su bolsillo decía Doctor Paz. Mi madre sonrió levemente y suspiro profundamente, creyendo firmemente que esa casualidad era la señal que Dios le había dado.
El medico muy atento pidió a mis padres que se sentaran, le dijo a mi padre con usted hable ayer, mi padre contesto, si doctor, antes que el medico pegunte continuo y dijo, hicimos todo lo que usted recomendó doctor. Dijo cuéntenme que sucede con la niña, mi madre comenzó  a contar al medico lo que habían observado en mi, mientras por sus mejillas rodaba una lagrima que salía por la niña de sus ojos, mi padre estaba estático con la mano tapando la boca, como tratando de tener los gritos de su alma, el doctor escuchaba muy atento, ella termino de hablar y le dijo cálmense señora mientras daba unas palmaditas en los hombros de mi padre, lo cual le ayudo a tener un poco de alivio, lo que creo que tiene su niña tiene solución, no es nada grabe. Vamos hacer una prueba con la niña y  luego me cuenta si es eso lo que ve, el doctor muy amable tomo unos apuntes y se acercó a mi, me dijo hola melany, vamos hacer un jueguito; para que me ayudes; el tomo un pedazo de papel y me pidió que tome aire y que sople por varias veces. En el tercer aliento, una vez mas mi mundo se detuvo, y ahora comprendo que el de mis padres también. El doctor pregunto es eso lo que observa señora, si doctor eso es, desde cuando sucede, desde hace tres meses, y sucede muy a menudo, si doctor, he podido observar varias veces al día. Hace tres meses, pero se ha dado cuenta muy rápido, a veces es muy difícil detectar ese síntoma, incluso para los padres, mi madre recordó aquella frase de mi abuela. Quien mejor que madre para ver con los ojos del corazón.
    
Ahora mi padre puede notar claramente el síntoma, se queda perplejo, el medico un vez más pide calma que todo va estar bien, que tiene cura y que eso pasara. Explico que este síntoma es de una patología llamada crisis de ausencias infantil, que se manifiesta  con la pérdida momentánea del conocimiento, la persona se queda en pausa, mira fijamente hacia delante y no responde, cuando la crisis termina, la persona sigue normal, sin darse cuenta de lo que paso, mi madre interrumpe la explicación del doctor y pregunta, debido a que puede suceder doctor, comenta que en la mayoría de los casos no se conoce la causa, y que Los factores genéticos pueden ser, como también, traumatismos e infecciones del cerebro. Mi madre vuelve a interrumpir y pregunta a mi padre, si alguien en la familia de el a pasado eso, el responde que yo sepa no, en mi familia tampoco dice mi madre, ni caídas, ni infecciones doctor ha tenido mi hija. 
Ahora el doctor interrumpe y dice que para estar mas seguro, le vamos a realizar unos exámenes, el medico llama a una enfermera quien me toma de la mano, mientras caminamos mi madre me toma la otra, pregunta al doctor puedo entrar, con una mirada de suplico, el asienta con la cabeza que si, entramos a un a sala, la enfermera me quita la ropa y unas vinchas de metal que sostenía mi larga cabellera, me colocan en una maquina que parecía una nave espacial a un viaje desconocido.  
La espera parece eterna para mis padres, posteriormente llegan los resultados de los exámenes y confirma el diagnostico, una vez mas, la que el medico había  dado con anterioridad por su experiencia; la niña tiene crisis de ausencias infantil volvió a repetir, ya les dije que no hay nada de que preocuparse, debe llevar un tratamiento por 2 años, tomando unos medicamente, a la medida que valla creciendo esto desaparecerá y será una niña totalmente normal.
Han transcurrido los 2 años del tratamiento, que mi madre ha seguido al pie de la letra, como lo hace con sus oraciones y sus velas a aquel señor desconocido, que después de mucho tiempo de verlo ya me es familiar.  Ya no tengo ausencia, ahora estoy siempre presente en mi vida, como siempre lo estaré en el corazón de mi familia. Finalmente mi madre pudo tener la paz que esperaba.

DEDICADO A MI SOBRINITA MELANNY.
DE LINDA SONRRISA, QUE LA AMO

Norge Naranjo Torres
   

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